Halloween, la mejor fecha para que cada uno, saque su verdadera personalidad. Los hombres se disfrazan de mujeres, y las mujeres de putas. Las máscaras sólo son una excusa para hacer todo lo que cada día vamos dejando al fondo de nuestro vaso.
No es necesario echar canas al aire, nuestro pelo puede ser de cualquier color. Dar miedo a pasado de moda, terror de la noche pasada consigue provocar las risas más maliciosas o los llantos más silenciosos debajo del edredón.
En las calabazas se apaga la luz, y en la oscuridad de las mentiras, las verdades más carnales hacen que las brujas huyan .No existen declaraciones inquebrantables, ni abrazos más allaá de las noches de alcohol.
Teniendo en cuenta, mi pereza para escribir últimamente, tengo que contar la ilusión de mi primera visita, que aunque cargada de noticias extrañas, lograron que las sonrisas borraran las lágrimas provocadas por el desorden mental.
Llegada puntual a una parada de autobús, dónde se hubiera perdido todo por un beso más. Historias de aeropuertos, sin sueños y muchas palabras en inglés.
Vivir, una vida, que a día de hoy es lo que tengo. Con la constante incertidumbre de que al mostrar la verdad, fuera demasiado buena. Alcohol de importación, pagando a precio de oro, poder recordar a la mañana siguiente. Besos, música personal y cigarros inacabados por las miradas.
Visita a St Albans. Verde. Chocolate con nata y una larga noche.
5 de la tarde....y ya es de noche...